A LAS 2:00 SERÁN LAS 3:00 HORAS
El horario de verano comenzará la noche de este sábado, 26 de marzo, al domingo, 27 de marzo, por lo que los relojes deberán adelantarse una hora (a las 2:00 horas serán las 3:00 horas), en cumplimiento de la Directiva Comunitaria que rige el denominado 'Cambio de Hora' y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea.
El cambio horario será efectivo hasta el otoño: el domingo 30 de octubre se atrasarán los relojes una hora, y a las tres de la madrugada serán las dos.
El cambio de hora para conseguir más horas de luz y ahorrar energía se viene produciendo desde el 15 de abril de 1918, cuando por primera vez se introdujo del DST (Daylight Saving Time) durante los meses de verano, adelantando una hora respecto al Tiempo Universal del Meridiano 0º.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.
Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se ha adoptado por entenderse que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo", según explica en un comunicado el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Así, la Novena Directiva -de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea- establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la 'Hora de Verano' (en el que se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
La aprobación de esta directiva está avalada por las conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos, realizado por encargo de la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999. El estudio concluye que el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un cinco por ciento del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones corresponden al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de seis euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Independientemente del cambio de hora, tanto Industria como el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares y seguir determinadas pautas o hábitos que pueden permitir alcanzar un ahorro de hasta 100 euros anuales, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.
El cambio horario será efectivo hasta el otoño: el domingo 30 de octubre se atrasarán los relojes una hora, y a las tres de la madrugada serán las dos.
El cambio de hora para conseguir más horas de luz y ahorrar energía se viene produciendo desde el 15 de abril de 1918, cuando por primera vez se introdujo del DST (Daylight Saving Time) durante los meses de verano, adelantando una hora respecto al Tiempo Universal del Meridiano 0º.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.
Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se ha adoptado por entenderse que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo", según explica en un comunicado el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Así, la Novena Directiva -de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea- establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la 'Hora de Verano' (en el que se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
La aprobación de esta directiva está avalada por las conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos, realizado por encargo de la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999. El estudio concluye que el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un cinco por ciento del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones corresponden al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de seis euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Independientemente del cambio de hora, tanto Industria como el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares y seguir determinadas pautas o hábitos que pueden permitir alcanzar un ahorro de hasta 100 euros anuales, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.
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